El arquitecto e investigador José Carlos Hayakawa cuenta, en su libro “Restauración en Lima: pasos y contrapasos” publicado en 2010, que “mientras la mayor parte de nuestro patrimonio se halla en un proceso de anulación-agresión irreversible y creciente, la comprobación de este acelerado ‘crimen cultural’ no ha tenido una correlación correspondiente en el impacto social”. Sin duda, la conciencia de los ciudadanos sobre el cuidado y aprovechamiento del patrimonio monumental de la ciudad, y por ende del espacio público, es fundamental, pero hoy mismo a puertas del bicentenario del Perú es muy complicado que este anhelo cívico-cultural se vuelva la norma.
Es por ello que la exhibición itinerante “Espacios Públicos, Plazuelas del Centro Histórico de Lima”, que se ha instalado en el pasaje Santa Rosa en Cercado de Lima, resulta pertinente porque muestra los proyectos de restauración (considerando mobiliario e iluminación) de cinco plazuelas que se ubican dentro del área monumental del Centro Histórico de Lima: Monserrate, Santo Domingo, Santa Catalina y Del Teatro. Estas plazuelas “han sido escogidas por su importancia histórica y por su integración al proyecto de peatonalización”, según refiere el texto curatorial de la muestra artística que ha puesto en marcha la Municipalidad Metropolitana de Lima.
La finalidad de esta exhibición es difundir los avances en la recuperación del paisaje urbano histórico del centro de la capital, con énfasis en las plazuelas, para construir un sentido de ciudadanía y pertenencia. Esta labor es crucial porque permite entender a los ciudadanos que en el espacio público hay múltiples oportunidades de recrearse (caminar, descansar, mirar, conversar y jugar). Asimismo, responde directamente al proyecto urbanístico del Plan Maestro que busca recuperar el Centro Histórico de Lima con visión al 2035 porque, como explica la arquitecta Angie Shimabukuro en su artículo «Barrios Altos. Caracterización de un conjunto de barrios tradicionales en el marco del Centro Histórico de Lima», “pertenece a una parte del área inscrita en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad definida por la Unesco desde 1991. Es testigo de la arquitectura y del desarrollo urbano de una ciudad colonial española, y representa una expresión excepcional y auténtica de un proceso cultural regional”.
La muestra itinerante estará disponible hasta el 31 de julio en el pasaje Santa Rosa, y durante agosto se reubicará en la alameda Chabuca Granda.