Durante el 2021, solo 23 familias aceptaron donar los órganos de su familiar fallecido, como es el caso de los padres de Flavio, quien salvó la vida de nueve personas después de sufrir una muerte cerebral.
Hace unos meses, Wily Durand y Rosa Hernández ocuparon los titulares de varias noticias locales por permitir donar los órganos de Flavio, su hijo recién fallecido, un acto bondadoso que salvó la vida de nueve personas. Los esposos perdieron a su hijo el pasado 10 de enero cuando el joven de 23 años, que regresaba a su casa de comprar una gaseosa, fue interceptado por dos delincuentes que quisieron robarle su celular. El asalto dejó a Flavio con diagnóstico de muerte cerebral irreversible, producto de un disparo en la cabeza.
Cuando los médicos del hospital María Auxiliadora concluyeron que no había más que hacer para salvarle la vida a Flavio, decidieron comunicarlo con pesar a los padres, pero también hacerles una propuesta que haría que la muerte de su hijo no sea en vano. Un procurador de la Dirección General de Donaciones, Trasplantes y Banco de Sangre (Digdot) les explicó a Willy y Rosa que Flavio podía salvar la vida de otras personas cuya existencia solo puede mantenerse a través del trasplante de un órgano.
Durand tenía conocimientos previos del tema ya que años atrás había donado sangre hasta cuatro veces. Según comentó, nunca le preguntó a su hijo si estaría interesado en donar órganos, tampoco imaginó estar en esa disyuntiva que implicaba decidir sobre el cuerpo de su hijo. Finalmente, los esposos consintieron la petición aduciendo que, conociendo la nobleza de Flavio, también lo hubiera querido así.
La donación de órganos y tejidos es un acto voluntario y altruista. Una sola persona puede dar una segunda oportunidad de vida a más de diez, según datos del Ministerio de Salud. Además, se puede donar un corazón, hígado, dos riñones, dos pulmones, páncreas, córneas, huesos y piel para los pacientes quemados.
Para ello, es importante resaltar que los donadores en vida pueden donar únicamente para trasplantes renales y hepáticos, ya que una persona puede continuar su vida normal con un solo riñón o una parte del hígado. Aunque también es posible donar después de morir, como es el caso de Flavio.
Los esfuerzos internacionales en materia de donación están encaminados a favorecer el uso de órganos de origen cadavérico, puesto que una extracción es como una mutilación y cualquier cirugía puede complicar la salud de una persona a largo plazo.
Carrera contra el tiempo
Más de 5760 personas requieren un trasplante hoy en el país. De ellos, 5017 son de córneas y más de 700 son para trasplantes renales. El resto se divide entre pacientes que necesitan un hígado, corazón, pulmón y páncreas. Sin embargo, pocas son las personas que consiguen la donación del órgano para el trasplante.
Es por ello la importancia de los donantes cadavéricos para salvar vidas, la cual inicia con la determinación de la muerte cerebral, luego se le hace una evaluación completa para descartar todos los factores que contraindican un trasplante, como puede ser alguna enfermedad infecciosa. También, se realizan otros tipos de pruebas, como la bioquímica, glucosa y urea.
Toda la revisión es muy rápida para definir si esa persona puede ser donante. Incluso se le hacen exámenes radiológicos para descartar que tuviera de repente un cáncer o una enfermedad en el tipo de órgano que se va a donar y que esta se pueda transmitir, detalla Almeyda.