Las redes sociales se han convertido en parte de nuestra vida diaria. Gracias a ellas, podemos conocer un poco más a una persona, ver sus fotos y tener detalles sobre su vida y su forma de pensar. No obstante, al indagar más a fondo en el perfil de una persona, existe la posibilidad de encontrar ciertos mensajes que no son políticamente “correctos”, o que, simplemente, no agrada a cierto tipo de público. Por ello, gracias al mensaje que es recibido negativamente por una comunidad, la persona pasa a ser eliminada de toda mención en una red social: quienes se han sentido ofendidos por su comentario harán como si esa persona no existe ni jamás existió. A este tipo conducta frente a otros se le denomina “cancelación”.
La cancel culture nació en las principales redes sociales, tales como Twitter o Facebook. Sin embargo, en el 2017, es gracias al movimiento #Metoo donde el término tomó gran popularidad. Por otro lado, a pesar de que se haya utilizado la cancelación como forma de protesta ante un posible delito, con el pasar de los años ha ido variando su forma de uso, llegando a ser usado por cualquier motivo, sea algo delictivo o no.
Un ejemplo del uso masivo de la cancelación es por parte de los fanáticos de grupos K-Pop. Si bien es cierto que hablar mal de un grupo musical ocasiona disgusto a los seguidores de ellos, el caso de las Kpopers trasciende de las críticas ofensivas. Basta con que una persona ajena a su movimiento –o del propio círculo- no coincida con algún argumento de ellos para que decenas de miles de personas hagan todo lo posible por cancelarlo. Un ejemplo de esto es lo que le pasó a Jay Park, quien dijo que “no toda la música coreana es de BTS”, según el portal K-pop.plat. A raíz de esto, “Army” hizo todo lo posible para que se eliminara mención alguna del rapero en Twitter y en otras redes sociales.
Sin embargo, los Kpopers no son los únicos que utilizan este método. Actualmente, se puede ver que quienes emergen en internet son cancelados por comentarios de hace más de 5 años. Incluso, en la industria del cine, se ha visto que gracias a estas cancelaciones directores de cine y actores han corrido el riesgo de perder su trabajo como, por ejemplo, el caso de James Gunn o Hartley Sawyer.