La Selección Peruana ha sabido darnos infinidad de alegrías. Pero hace años, eran más cotidianas las tristezas que los buenos resultados.
El 10 de agosto de 2008, Perú jugó uno de los mejores partidos de la era Del Solar ante la selección argentina. Encuentro por la fecha ocho de las Eliminatorias a Sudáfrica 2010.
Pasaban los minutos y el empate sabía a poco. Perú venía haciendo un buen partido. El equipo no había cometido errores. El único error en defensa llegó pasados los 80 minutos, a esas alturas, las piernas ya no responden igual. Juan Manuel Vargas, uno de los referentes en aquel partido, no volvió a tiempo para evitar que Gago metiera el centro por derecha y la defensa no pudo evitar que Esteban Cambiasso empujara el balón a la red. El gol llegó al minuto 82, junto con el lamento de todos.
Cinco minutos después, el autor del gol saldría del campo por un choque ante uno de los jóvenes que se perfilaba como titular indiscutible en la selección, el León Zambrano. Precisamente cuando se anunció la variante, una cámara a ras de cancha logró captar a Vargas levantando la mirada al cielo y susurrando, casi como una súplica: «𝙈𝙖𝙢𝙞𝙩𝙖, 𝙥𝙤𝙧 𝙛𝙖𝙫𝙤𝙧…»
Solo instantes después de esa encomienda celestial, cuando moría el partido, Vargas, quien se sabía el abanderado de ese equipo, logró recuperar un balón casi perdido: Lionel Messi hizo rebotar el balón en el abdomen de Vargas y este se esforzó para salvarlo sobre la línea de oriente, cerca al primer cuarto de cancha en campo peruano. Jugó hacia adelante con Hernán Rengifo que aguantó bien el balón. Vargas comenzó a correr y el balón fue para él. El resto de la jugada ya la conocemos. Y la recordaremos siempre como el gol más gritado de la selección peruana.
El susurro parece haber sido escuchado. Aquella noche no ganamos el partido, pero lo gritamos como si hubiésemos ganado la final del mundo…