Tal y como declara Residente en un tema: «nadie lo dice, pero todos quieren sexo». Basta con asomarse por las redes sociales más populares como TikTok o Instagram para ganarse una gran sorpresa. El sexo es en otros países latinoamericanos expresado con una mayor naturalidad que por nosotros. Publicaciones mucho más descaradas y atrevidas en comparación con las ligerezas que acepta nuestra sociedad ¿Es esto sinónimo de que estamos culturalmente atrasados? Para ello necesitamos mirar al pasado.
El sexo siempre ha sido un tema tabú en las conversaciones familiares. Considerado por siglos gracias a la enseñanza católica como un acto de completa perversión si se anticipaba el placer sobre su fin procreativo, condenándose toda intensión por evitar embarazos. La historia está repleta de deslices como Cleopatra o Catalina La Grande, solo algunas de las muchas mujeres que buscaron algo más que un encuentro meramente romántico.
No fue hasta la década de los 60s cuando se inventó la píldora anticonceptiva, aquella que les permitía a las mujeres la libertad de elegir si querían comprometerse más allá de lo sexual con sus parejas. Antes casi todo encuentro de esta índole estaba regido por la concepción, generando dicho cambio una completa revolución sexual. Mientras este cambio invadía las bahías peninsulares con las chicas Yeyé en España (mujeres liberales conocidas por sus vistosos vestidos y hábito de salir a bailar rock&roll durante los primeros años de los 60s), aquí en Latinoamérica tardaría en llegar mucho más. El mambo ya había sido considerado como un “ritmo escandalizador” en las décadas anteriores y el rock como “alentador de pandillas”.
Para los 70s, el consumo de drogas psicodélicas era más aceptado por jóvenes latinoamericanos que la propia liberación sexual. No obstante, aún quedaban vestigios de un conservadurismo en cuanto a sexo se refiere. Los métodos anticonceptivos eran aún mal vistos y el espíritu machista todavía prevalecía en la sociedad limeña de la época (ni hablar de la vida provinciana).
¿A qué se debe todo esto?
Según un estudio realizado en un colegio de Cercado de Lima en 1997, la educación sexual impartida con una moral conservadora suscitó una razonable actitud de rechazo en las criadas por ambos padres; sin embargo, suscitó una actitud de aceptación frente a las criadas sólo por la madre, lo que señala a un complejo de castración originado en las pautas morales educativas; fenómeno que nos alerta sobre la necesidad de adopción de estrategias educativas distintas para este grupo de escolares.
En un informe de 2019, un 60% de los padres aun considera un tabú hablar de sexo con sus hijos, según reportó Andina. De acuerdo con la psicóloga educativa y consultora de 360 Centro de Transformación Familiar, Milagros Rubio, para muchas madres y padres no es sencillo conversar con sus hijos e hijas sobre este tema, por lo que, a falta de información, los adolescentes hablan de sexualidad con amigos de su edad, o recurren a información distorsionada que encuentran en internet.
Pero hoy en día son muy pocos los jóvenes que se guían de las aptitudes de sus padres para la toma de sus decisiones, ¿por qué aún existen las carcajadas y palomilladas entre adolescentes ante temas que son llevados con mayor naturalidad en otros países de habla hispana?
Queramos o no, todos tenemos algo de conservadores aún que nos cuesta desligar y más si queremos subsistir en una sociedad machista como esta. No es hasta que aprendamos a mirar más allá del morbo y nos demos cuenta que buscar el propio y común placer no es nada del otro mundo. Cuando el gobierno y los padres se den cuenta que sus hijos que apenas entran a la pubertad tienen tanto interés por el sexo como ellos lo tuvieron más adelante y que, nos guste o no, los medios tienen un poder increíble.
Antes se reclamaba a la televisión por su exposición a estereotipos sexuales y muchos padres creen que esto ya se subsanó, pero sólo se ha trasladado a las redes sociales, a los influencers de otros países sin tapujos y es precisamente de ese morbo que genera una vida sexual activa la que es aprovechada por las liricas del reggaetón y trap o tramas de series como “Sex Education”, «Élite» y “Games of Thrones” para encantar a sus consumidores, aquellos que en estos productos buscan una especie de liberación y desahogo de dicha represión. Todo esto en contraste a que la sociedad en la que viven no les permite expresarse de esa forma en su cotidianidad.
Hay mucho tabú en nuestra sociedad todavía y si no somos conscientes de lo que realmente nos rodea, seguiremos lejos de entendernos y funcionar como una sociedad conectada y abierta a todo tipo de pensamiento, esté o no ligado a las costumbres tradicionales.
Publicado por Christian Theo Huapaya Zevallos