El Perú está próximo a la celebración del Bicentenario de su Declaración de Independencia. En cuanto a este hito, brinda la posibilidad de repensar cuestiones históricas y posibilidades de autorreflexión sobre diversos ámbitos de nuestra realidad que sean aún retos pendientes. Acontecimientos recientes han hecho visibles los problemas profundos respecto a la discriminación racial y a las políticas de inclusión en el marco de una sociedad democrática.
Las prácticas que subsanen estas necesidades sociales y políticas benefician a la comunidad en su conjunto, ya que permiten que la población manifieste cuáles son las necesidades que sus gobiernos deben abordar. En una sociedad multicultural como la peruana, la exclusión de grupos específicos, no solo en la toma de decisiones, sino en la exclusión de sus intereses y necesidades, perpetuando desigualdades a través de la historia con perspectivas coloniales de dominación y explotación de carácter étnico.
El caso dado a conocer en redes sociales, pertenece al de un acto discriminatorio contra una mujer afrodescendiente por parte de un par de trabajadores de una conocida tienda de papelería del país. La mujer había sido acosada y perseguida por agentes de la policía, al ser sospechosa de robo en dicha tienda. Cuando la detuvieron y accedieron a revisarla, comprobaron que no había robado nada.
Estos actos encuentran una relación con la discriminación, por los que incluso la obligaron a desnudarse para comprobar que no tenía ningún objeto escondido entre sus prendas, estas prácticas vulneran los derechos de las personas. Al respecto, la Constitución Política del Perú señala en el artículo 2 inciso 2: “Toda persona tiene derecho a la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole”.
Perú pese a ser un país multiétnico, la discriminación racial y cultural sigue presente en la sociedad peruana con estereotipos cada vez más cuestionados, mostrando las desigualdades socioeconómicas y la falta de oportunidades a las que son sometidas, sobre todo, la población afrodescendiente e indígenas andino-amazónicos, en la encuesta nacional del 2018 «Percepciones y actitudes sobre diversidad cultural y discriminación étnico racial”: «la comunidad afrodescendiente es la más discriminada (60%), seguida por la quechua y aimara (59%) y la indígena o nativa amazónica (57%).
De esta forma, el desafío ante el Bicentenario del Perú, es la trascendencia de la condición de Estado independiente y se transforme en una sociedad democrática, no solo en papel, donde no se limiten las oportunidades de participación política y representación de los pueblos originarios con ejercicios discriminatorios que atenten contra ellos mismos. Hacer del contexto conmemorativo, un espacio que genere debate y la oportunidad de hacer mea culpa y reconocer esos problemas, trabajando con más fuerza en la ejecución de una sociedad verdaderamente inclusiva y respetuosa con nuestros pares.
