Fuente El Comercio. Foto de Juana Lazo.
Juana Lazo. Fuente El Comercio
S.J. Lurigancho

Juana Lazo: vive en un penal sin haber cometido crimen

La red social, Tiktok dio a conocer el caso de Juana Lazo. Una mujer que vive en el penal de Lurigancho hace 27 años, pese a que no cometió crimen alguno. Sin embargo, su vivienda forma parte del penal, ya que el centro penitenciario decidió ampliar el perímetro llevándose consigo la casa de Juana.

Hace 27 años Juana Lazo pasó de ser una ciudadana común y corriente a pertenecer al penal Lurigancho, ubicado en el distrito de San Juan de Lurigancho. El cual alberga a más de 9 mil reclusos, según el informe estadístico del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) en enero del presente año. Convirtiéndose así en la penitenciaría con mayor cantidad de presidiarios en el Perú. Esto representa un peligro constante para ella, debido a que en todo ese tiempo sufrió 7 robos.

Otras de las penurias innecesarias que pasa a diario es tener autorización policial solo para poder salir e ingresar a su hogar. A sus 74 años se le hace complicado tener que movilizarse desde su casa hasta la puerta del penal. La osteoporosis que padece le dificulta día con día subir esos 250 metros del trayecto.

Juana mencionó para el medio La República que el problema de su vivienda se encuentre desde 1996 dentro del perímetro penitenciario es un acto de venganza. Hace años ella presenció la muerte de 8 presidiarios y una monja dentro del penal. Por ello decidió testificar en contra de la Guardia Republicana. Quien sería responsable del hecho.

“Yo di mi testimonio al fiscal Mario Miranda y les dije que la Guardia Republicana había disparado. En ese momento, ellos gritaron que el cerro y mi casa debían desaparecer y demoler, me amenazaron”, mencionó.

Después de ello y ante el incremento de pabellones, el INPE decidió cercar el penal. En un inicio se respetó el espacio de la casa, sin embargo, los policías bajo órdenes de superiores quitaron los alambres y encerraron la vivienda de Juana. Desde ese momento su hogar integraba parte del centro penitenciario. Anteriormente han querido desalojarla a la fuerza o con papeles que lo justificaban. Pero no han podido lograrlo ya que la cantidad de documentos que posee Juana es lo suficiente como para permitirle ganar 2 juicios a la INPE.

La lucha contra la INPE es interminable, ella sigue pidiendo justicia y que reciba una indemnización justa por estar casi 3 décadas recluida sin ser una criminal. No desea una reubicación porque puede que sea más problemático para ella. Lo que necesita es que las autoridades paguen el valor del terreno que ocupa y de ese modo retirarse a un lugar que su libertad no sea restringida. Ni mucho menos sea víctima de prejuicios por parte de quienes serían sus vecinos. Los 74 años le pasan factura. Los médicos le mencionan que a su edad no debería estar pasando por denuncias, ni este tipo de problemas. La osteoporosis y la epilepsia limitan su actividad. Y para su edad avanzada solo desea tranquilidad, que es un derecho que perdió hace 27 años.